4 jun 2010

DOROTHEA LANGE




SOBRE DOROTHEA LANGE
La vida de Dorothea Lange no fue fácil. Nació en 1895, en una familia de inmigrantes alemanes de New Jersey. Cuando cumplió 7 años contrajo poliomielitis, enfermedad que le dejó una cojera para toda la vida. Su pasión, la fotografía, le costó el disgusto de su madre que deseaba una profesión más adecuada y femenina como era la de ser profesora.
En 1918 se instaló en San Francisco y comenzó a vivir de la fotografía realizando retratos. Se casó en dos ocasiones, la primera fue con un famoso y notable pintor, Maynard Dixon, del que terminaría divorciándose después de 15 años, y la segunda con el profesor de economía de la Universidad de California, Paul Schuster Taylor, con el que formaría un magnífico equipo, pues Schuster llevaría a cabo un trabajo de investigación sobre los efectos de la Gran Depresión en el campo y Dorothea lo ilustraría con su fotografías. El impulsor de esta labor fue el gobierno de Franklin Delano Roosevelt, a través de la Farm Security Administration (FSA) (Administración para la seguridad agraria), que hace el encargo a numerosos fotógrafos locales de registrar en imágenes la situación que vivía la América rural, con el fin de hacedlas llegar a los ojos de los habitantes de las ciudades industriales y comerciales. Es ahora en 1935, cuando Lange descubriría el poder de denuncia que puede alcanzar una simple instantánea fotográfica y es cuando tomaría partido por esa ingente masa de campesinos, inmigrantes y desplazados que hundidos en la más mísera pobreza, malvivían en el país más rico del mundo. Sus fotos se distribuirían por numerosos periódicos y serían el icono de este periodo en la historia norteamericana.
Pero su labor testimonial, no quedaría ahí, cuando después del ataque japonés del 7 de diciembre de 1941 a Pearl Harbor y con la entrada en la Segunda Guerra Mundial de los Estados Unidos, el gobierno americano se planteara ¿qué hacer con los estadounidenses de origen japonés (nisei), ante el creciente odio de la población norteamericana hacia éstos?. La solución vino a través de una Orden Ejecutiva, la llamada 9066, firmada por el presidente Roosevelt en febrero de 1942, presionado por sus asesores políticos y militares que exigían fuertes medidas contra la “amenaza constante”. El decreto daba vía libre a la Administración americana para detener de forma sistemática a cualquier inmigrante de origen japonés y sus familiares, no teniendo en cuenta para ello el tiempo de residencia en el país o que tuvieran la ciudadanía norteamericana. Fueron más de 120.000 personas de origen japonés, (de los que un 62% habían nacido en EE. UU.) obligados a dejar atrás sus casas, negocios y toda una vida, para ser llevados a los llamados eufemísticamente “campos de reubicación”, pretextando para ello que estaban protegiéndolos de las iras y posibles persecuciones de los “otros” ciudadanos norteamericanos. En marzo de 1942 comenzó el traslado a zonas apartadas de la costa oeste, como Manzanar, Topaz o Tula Lake, en el que en un total de 10 “campos de reubicación”, estos ciudadanos de pleno derecho fueron hacinados en barracones que recordaban mucho a los de los campos de concentración nazis que en Europa, posteriormente serían liberados y mostrados con gran horror al mundo, por las tropas de los “Aliados”, entre las que precisamente estarían las estadounidenses.
Las fotos de Lange, de nuevo, testimoniarían una realidad y se convirtirían en todo un símbolo de la injusta política de detención de personas sin ningún cargo criminal y sin derecho a defenderse. Todas sus imágenes de los campos de internamiento fueron prohibidas y censuradas por el Ejército norteamericano, clasifincádolas como “material reservado”.
El verdadero impacto de la labor de Lange se apreciaría cuando en 1972, el Museo Whitney de New York, mostrara por primera vez ante los ojos de los norteamericanos, veintisiete de sus fotografías sobre el internamiento japonés. La exposición se tituló “Orden Ejecutiva 9066”. Hoy día esta labor gráfica se conserva en la Biblioteca Bancroft de la Universidad de California.
Dorothea Lange en sus últimos años de vida, sufrió graves problemas de salud como consecuencia de la poliomelitis que padeciera de niña así como por un cáncer de esófago que logró apagar su vida en 1965.

Con estas palabras nos describe su método de trabajo:

“Mi enfoque se basa en tres consideraciones: Ante todo: ¡Manos fuera! Aquello que yo fotografío, no lo perturbo, ni lo modifico, ni lo arreglo, procuro representarlo como parte de su ambiente, como enraizado en él y sobre todo procuro mostrarlo como poseedor de una posición dada, sea en el pasado o en el presente”

Dorothea Lange, Migrant Mother en Nipomo, California, 1936.


“Vi aquella madre hambrienta y desesperada y me acerqué como atraída por un imán. No recuerdo cómo le expliqué mi presencia o la de mi cámara, pero sí recuerdo que ella no me preguntó nada. Hice cinco tomas, trabajando cada vez más cerca desde la misma dirección. No le pregunté su nombre ni por su historia. Ella me dijo su edad, treinta y dos años. Dijo que habían estado comiendo verduras heladas de los campos cercanos, y pájaros que cazaban los niños. Había vendido incluso las cubiertas de las ruedas de su coche para comprar comida. Allí estaba, sentada en aquella chabola con sus hijos acurrucados a su alrededor, y parecía pensar que mis fotos podrían ayudarla, y así ella me ayudaría a mi. Había una cierta equidad en aquello.”

Declaraciones de Dorothea Lange en 1960, contando su experiencia al tomar la fotografía.


Dorothea Lange. La familia Mochida esperando ser llevada a uno de los campos. Mayo de 1942.

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